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Vídeo Bajo Demanda y modelos económicos

El Vídeo Bajo Demanda o VBD es un sistema que permite a los usuarios el acceso a contenidos multimedia de forma personalizada.

En la actualidad existen dos tipos de Vídeo Bajo Demanda: el VBD temporal (se “alquila” la película por un tiempo limitado) y el VBD definitiva (se descarga el film para su visualización durante un tiempo ilimitado). Actualmente, el público parece preferir la VBD temporal, como consecuencia de la precariedad de la oferta definitiva.

La guerra de la alta definición primero se gestó en los medios físicos (HD DVD vs. Blu-ray), pero ahora se traslada al vídeo bajo demanda, por lo menos en Estados Unidos, aunque al parecer en España se podrá disfrutar de una tienda de VBD (películas, series de TV) en Xbox 360.

Pero, ¿por qué el vídeo a la demanda no atrae al público?

Precios poco ventajosos

El precio es sin duda el obstáculo más importante para el desarrollo del VBD. Los precios son demasiado elevados, y han aumentado desde 2008, según el Barómetro Europeo del Audiovisual. En término medio, el consumidor paga:

  • Una película en alquiler: entre 4 y 6 € para una película nueva. Es más caro que un alquiler de un DVD, además de no haber gastos inherentes a los soportes técnicos;
  • Un episodio de una serie: 2 €. Una temporada de una serie de unos 22 episodios costaría 44€, lo que es más caro o igual al precio de adquisición de los DVDs en unos grandes almacenes, sin el soporte ni la posibilidad de poderlos visualizar de forma ilimitada;
  • Un film en “venta”: 15 €. El precio es el de un DVD, sin el soporte, los extras, la elección de idiomas y sobre todo sin la certeza de que podrá beneficiarse de esa obra de por vida. En efecto, el fichero adquirido no puede ser descargado mas que sobre un solo soporte, y normalmente no puede ser desplazado, copiado, grabado, etc. Así que, por ejemplo, en caso de realizar un formateo indispensable del ordenador, de que este se encuentre averiado o de un cambio en el sistema operativo, el film se perdería de forma irreversible, a menos que se pudiera convencer al servicio al cliente de volverla a enviar de forma gratuita…

Para contrarrestar estos precios tan elevados, el abono parece ser una buena solución. Contrariamente a lo que sucede con la música para la que han aparecido nuevos modelos económicos (financiación publicitaria: Deezer, ayudas al lanzamiento de artistas: Hitmuse, abonos: Orange o Nokia…), para el audiovisual numérico ninguna oferta de abono ha hecho aún su aparición. Se puede evidentemente encontrar packs de varios films o episodios de series, abonos temáticos (por ejemplo, dibujos animados para niños) y los “abonos” que permiten elegir entre un número muy limitado de películas, pero nada que se asemeje a un verdadero abono ilimitado, con una oferta variada y un precio proporcionado.

Vídeos demasiado “aislados”

Uno de los principales obstáculos al desarrollo del VBD son sus limitaciones técnicas. Desafortunadamente, la mayor parte de las plataformas de VBD acompañan sus vídeos de MTP (Medidas Técnicas de Protección), que impiden la libre utilización del fichero adquirido. Las consecuencias de estas MTP son las siguientes:

  • El fichero no puede ser desplazado, grabado, copiado o modificado. No se puede realizar ninguna copia de seguridad del film adquirido;
  • A veces, el fichero puede ser copiado sobre un soporte que no sea el disco duro del ordenador, como por ejemplo un reproductor de vídeo, pero este soporte debe ser previsto por la plataforma concreta de VBD y debe poder leer los ficheros protegidos;
  • La utilización del VBD en el ordenador necesita la instalación del software propio de cada plataforma, lo que obliga a instalar varios softwares si se decide utilizar más de una plataforma. Estos softwares, a menudo consumen mucha memoria en el disco duro, además, generalmente no se encuentran disponibles más que para el entorno Windows. No hay, por tanto, ninguna interoperabilidad de formatos de vídeo utilizados entre los diferentes sistemas de explotación y las diferentes tecnologías existentes (principalmente al nivel de reproductores de vídeo).

Una calidad insuficiente

Entre las numerosas críticas realizadas al VBD, la principal se centra en la calidad de los vídeos en línea. En efecto, particularmente con el Streaming, el vídeo es de menor calidad que la televisión, porque la imagen se comprime para tener una talla razonable. Comparando los vídeos disponibles en Peer-to-Peer, el VBD no aporta nada, la calidad se parece a la de la descarga ilegal. Además, la mayor parte de los vídeos ilegales se encuentran disponibles en alta definición (Blue-ray, HD 720p, HD 1080p), mientras que las ofertas de VBD en alta definición acaban de aparecer.

Un contenido demasiado restringido

Desde hace poco, los catálogos de las películas, series y otras obras se multiplican, pero esto no es suficiente, de hecho sólo ciertos éxitos del momento se encuentran disponibles.

Otras plataformas se han especializado en el cine independiente o los documentales, pero han encontrado una menor aceptación del público. Por eso, aunque las obras se reparten sobre diferentes plataformas de contenidos muy distintos, lo más atractivo para los consumidores sería la creación de una plataforma general que aunara todos los catálogos disponibles. A fin de atraer a los cinéfilos, sería también interesante poner a disposición diferentes versiones lingüísticas del film, con y sin subtítulos.

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